¿Qué es la reflexología facial?

Muchos piensan que la reflexología facial es algo nuevo y en cierto modo no se equivocan pues la técnica ha ido evolucionando a lo largo de los siglos pero su origen puede datarse en la época de la Antigua China. También los egipcios conocieron las bondades que el rostro puede brindar a nuestro organismo y hasta la América precolombina sabía de la conexión de algunos puntos faciales con el resto del cuerpo. En Fariolen nuestros terapeutas aplican la reflexología más tradicional combinada perfectamente con los últimos descubrimientos y novedades en esta técnica. Es una simbiosis de tradición e innovación con el único fin de mejorar la salud y el bienestar del organismo.

Se cree que nuestros órganos, músculos y glándulas están interconectados con el resto y que es posible acceder a ellos a través de unos puntos reflejos. En la reflexología facial se estimula a través del tacto esos puntos nerviosos para estimular el funcionamiento adecuado de nuestro organismo. También se pueden calmar algunas dolencias. Los beneficios son muchos y variados especialmente si tenemos en cuenta que existen más de 500 puntos reflejos faciales.

Lone Sorensen es uno de los grandes descubridores de los beneficios del rostro. A diferencia de la reflexología podal o corporal, descubre que en la facial el impulso que se logra mediante la estimulación nerviosa es el doble de fuerte por su cercanía al cerebro. Por eso se ha llegado a pensar que desde los pies y otras zonas del cuerpo el estímulo es más débil cuando llega al cerebro, quizás por la lejanía de esos puntos o por la pérdida de fuerza del estímulo en el recorrido de un camino más largo.

La reflexología facial no solo proporciona beneficios estéticos aunque bien es cierto que activa la circulación del rostro devolviendo tersura a los músculos mitigando las líneas de expresión. La reflexología es mucho más. Es posible lograr el equilibrio de las alteraciones físicas, orgánicas y hasta emocionales. Es una combinación de beneficios que permiten alcanzar el bienestar. Y todo ello a través de presiones manuales sobre el rostro y el cráneo.