Masaje y meditación, la combinación perfecta


A menudo pensamos que el único fin del masaje es la recuperación física o la mejora de una dolencia en el cuerpo. También durante mucho tiempo se ha asociado a los beneficios de la sanación manual, la calma del espíritu y el equilibrio entre mente y cuerpo. Pues bien, hay otro aspecto fundamental que se puede trabajar durante un masaje para potenciar sus beneficios, es la meditación.

El masaje en Fariolen es mucho más que un viaje sensorial. Es más que una experiencia con el único fin de provocar una sensación placentera. A través de los terapeutas y diferentes técnicas orientales se pretende alcanzar un estado máximo de relajación y quietud mental. Se trata de lograr la “tranquilidad cerebral”. Esto se consigue cuando estando con los ojos cerrados pero despiertos se originan unas ondas que propician esa calma, una calma que se diluye tras abrir los ojos pero que merece la pena y mucho experimentar.

Con la meditación se alcanza el estado de relajación y es en ese momento cuando llegan los mayores y mejores beneficios del tratamiento del masaje. Se logra el equilibrio de las energías y esto ayuda a mantener en buen estado el cuerpo y la mente. También se consigue regular la tensión sanguínea y el ritmo del pulso.

A través de la meditación se altera y eleva el umbral del dolor, eso incide directamente de manera beneficiosa si se está tratando una dolencia concreta del cuerpo.

Los cambios que se experimentan a lo largo del tiempo empleando de manera habitual la meditación y relajación son muchos y se observan de manera notable. Hay especialistas que afirman que se puede incluso mejorar la actitud de la persona ante circunstancias complicadas y difíciles. Influye hasta en el estado de ánimo. Se trata de vivir más tiempo y mejor.

Para alcanzar esta relajación durante el masaje os daremos algunos consejos que os serán muy útiles. Es esencial comenzar con buenos pensamientos y tranquilizar nuestra respiración de manera profunda y lenta, así ayudaremos a mejorar nuestra energía “Qui”. El resto es fácil, sólo hay que dejarse llevar sintiendo como el aire entra y sale de nuestro cuerpo mientras recibimos el masaje.

Prueba esta técnica en tu próximo masaje y  verás como la experiencia es completamente diferente. Te aconsejamos ser paciente, es una técnica que requiere tiempo para dominarla pero una vez logrado, verás y sentirás la vida de otra manera.