Si deseas alcanzar el bienestar, aún tienes mucho por descubrir. No es algo de ahora asociar los masajes a determinadas zonas del cuerpo y parece que en los tiempos que corren, los masajes, se asocian comúnmente a zonas como cuello, espalda, brazos, piernas y pies. Sin embargo ha llegado el momento de descubrir que en la zona craneal se encuentra el remedio a muchos males. El masaje craneal se ha convertido últimamente en uno de los mayores reclamos en cuanto a bienestar se refiere. Es por esto que nuestra casa del bienestar Fariolen lleva tiempo diseñando y perfeccionando técnicas que permiten a nuestro equipo de terapeutas tratar dolencias a través del masaje en la cabeza.
A través de la aplicación de un buen masaje en la zona de la cabeza, es decir, cráneo, cara, cuello y hombres se logran grande y saludables beneficios. Uno de los primeros logros consiste en reducir la tensión que se acumula en esas zonas como consecuencias de nuestra vida diaria.
La tensión cervical es mucho más común de lo que crees, es muy frecuente y los motivos que pueden causarla son los siguientes:
- Posturas inadecuadas.
- Excesivo peso en los hombros.
- Movimientos considerados bruscos.
- Y por supuesto el estrés.
¿Qué sucede en nuestro organismo cuando se dan los factores mencionados anteriormente? Pues que aparece la tensión muscular causando la compresión de algunos vasos sanguíneos. Y las consecuencias son las siguientes:
- Cefalea tensional.
- Mareos que acaban en pérdida de equilibrio.
- Sensación de cansancio general.
- Somnolencia.
Estas dolencias acaban afectando a tu estado de ánimo pero no debes preocuparte porque en un principio no son severas y pueden superarse. Pueden superarse gracias a los efectos del masaje craneal. Se pueden eliminar los dolores de cabeza, pueden incluso ayudar a llevar mejor la sinusitis, si es que la padeces. Además, el masaje craneal aporta una placentera sensación de bienestar, calma y relax.
Y todos sus efectos se consiguen con diferentes maniobras de roces, micro – presiones sobre la cara y las zonas temporal, occipital y frontal del cráneo. Además, el rostro se trata con rozamientos, golpecitos y otras maniobras linfáticas. Pues ahora que lo tienes claro, pásate por Fariolen y pruébalo.