Puede que el término aromaterapia te suene a moderno sin embargo su origen no lo es tanto. Los aceites esenciales de algunas plantas se han usado con propósitos terapéuticos desde hace cientos de años. Y sino que les pregunten a los chinos, a los egipcios, a los griegos y hasta a los romanos que ya en su momento conocieron y disfrutaron las bondades de esta rama particular de la herbolaria.
La aromaterapia consiste en el uso de aceites esenciales que se aplican en la piel y que permiten la mejora de la salud mental y también de la salud física. En Fariolen hemos aprendido a aprovechar los beneficios de la aromaterapia en favor de los resultados obtenidos con nuestras ancestrales técnicas de masaje oriental. Los beneficios son muchos y variados y en la mayoría de las ocasiones vienen determinados por los aceites esenciales que se emplean. Por ejemplo, si queremos lograr un efecto relajante se debe recurrir al clavel, el cedro, la rosa o el sándalo. Si se busca el equilibrio, se puede encontrar en la albahaca, el incienso o la lavanda. Si por el contrario estás deseando un efecto estimulante, es mejor optar por la canela, el clavo, el pino, el pomelo o el romero entre otros. Los efectos, como decíamos no solo son físicos, también mentales y en ocasiones pueden hasta tener supuestos efectos psicológicos. Por eso si deseas levantar el ánimo puedes encontrar un efecto antidepresivo en el jazmín, el limón, la mandarina o la naranja. A través de la aromaterapia se trabaja cuerpo y mente. Si deseas estimular y lograr un mayor rendimiento de esta última, se puede recurrir al cilantro, el eucalipto, la menta y el pino.
Está claro que los beneficios de la aromaterapia son muchos y de lo más variados. En nuestro centro la aplicamos en nuestros tratamientos y los resultados son inmejorables. Ahora para creer, solo te queda probar.